MONÓLOGOS
En
los Juzgados
de Familia se apoya
la escuela religiosa
privada en detrimento
de la escuela pública
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Acabo de conocer
la sentencia, que no se puede recurrir.
En el Juzgado se apuesta duro por la
escuela religiosa privada. Si no ¿cómo
es posible que se me obligue a pagar
parte de la mensualidad del colegio
privado de Madrid, donde mi
ex marido hizo la prematrícula
sin mi consentimiento para que nuestro
hijo haga el Bachiller Superior? A pesar
de mi denuncia la directora religiosa
trincó la reserva; hablé con
ella directamente.
El colegio es concertado
e imparte Educación Primaria y
ESO de forma gratuita; sin embargo, los
padres pagamos todos los meses (la donación
obligatoria que he denunciado en
la Comisión Nacional de la Competencia,
otro spanish-fraude por el que este colegio
religioso consigue más de 500.000
euros anuales; para éste y otros
como éste, casi todos religiosos,
no hay crisis económica). El colegio
se convierte en privado en el Ciclo de
Enseñanza Superior (260 euros
mensuales), motivo por el cual y por
la baja calidad de la enseñanza
que imparte muchos alumnos lo abandonan
y pasan a los Institutos de Enseñanza
Secundaria de la zona.
Mi ex marido está jubilado
y sigue trabajando sin parar, pasa a
su hijo una asignación de manutención
de 211 euros mensuales; mientras que
yo desde que cumplí los 55 años
no levanto cabeza, ahora tengo 57 años
y estoy en el paro. Ésta es la
igualdad de género en España.
Pedí al Juzgado la modificación
de medidas del divorcio en cuanto a obtener
la patria potestad para elegir centro
de estudio para mi hijo y poder matricularlo
en un instituto público, pero
el acto se anuló porque el padre
no se presentó y me dijo el fiscal
que era mejor celebrar una simple comparencia
en donde a mi abogada no se la permitió aportar
documentación, al parecer el día
que compareció mi marido sí se
podía presentar documentación.
En este país que
tanto me duele la Justicia no es ésa,
es mucho peor. Peor ¡ maldita sea !
Esta vez han perjudicado a mi hijo, a
quien su padre impide madurar y responsabilizarse
de nuestra realidad y de su futuro estudiando
en un magnífico Instituto Público
como el Francisco Tomás y Valiente,
el más apropiado para pasar después
a hacer Ingeniería en la Universidad
Pública. A mí me tendrá siempre
a su lado, pero dada mi situación
económica actual me es imposible
pagar los profesores particulares que
ha necesitado durante la Primaria y ESO
con los que se ha compensado la mala
calidad de la enseñanza. Yo estoy
segura de que si su padre le hubiera
dejado estudiar en el IES Francisco Tomás
y Valiente no necesitaría ningún
apoyo pero en el Juzgado de Familia se
apuesta por la escuela religiosa privada. ¡Qué pena
de país! ¡Qué pena
de Justicia! ¡Qué pena de
Iglesia! ¡Qué .... ......!
2006