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la avaricia de promotores y políticos corruptos ha reventado la burbura inmobiliaria

 

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¿Quién ha olvidado que el trabajo es un derecho que cada ciudadano debe exigir al Gobierno de su país?

 

.. la tergiversación del significado de las palabras y la manipulación del lenguaje corre en paralelo al desmontaje de los derechos de los trabajadores

 

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el crecimiento económico en bases a la explotación y la especulación es efímero

 

MONÓLOGOS

Primero los de casa, papá

Mi abuelo por parte de padre tenía abonados a un pobre y dos monjas a los que daba limosna mensualmente. Mi padre procedía de una familia pequeño burguesa ilustrada que vivía de alquiler en un hermoso piso en lo que hoy es El Corte Inglés de Moncloa, Madrid. Los abuelos murieron unos meses antes de que derribaran la casa para construir el centro comercial. Recuerdo escuchar a mi madre decir: “Primero los de casa, papá. Primero los de casa”, cuando mi abuelo abogaba por la obligación de practicar la caridad.

Sin embargo, no hay que confundirse, la entrada masiva de fuerza de trabajo foránea en España no significa que los gobernantes españoles practiquen la caridad. Hace unos años escuché por la radio a un líder de la patronal pedir la eliminación del salario mínimo interprofesional porque podía haber personas que trabajaran por menos, incluso por un plato de comida. Y lo que entonces supuso un gran escándalo se ha convertido en la política laboral no sólo de España sino también en nuestra admirada Europa. La codicia es contagiosa.

Y yo me parto de la risa.

Pura avaricia, ya que la fuerza de trabajo inmigrante masculina se ha utilizado principalmente en la construcción; pero, curiosamente no sirvió para que bajara el precio de los pisos, éstos subieron y subieron en una espiral sólo igualable al egoísmo de los promotores y la corrupción insaciable de algunos políticos.

Reventó el saco y mientras España cuenta con unos cuantos millonarios más, la fuerza de trabajo extranjera y española, más de dos millones de trabajadores y sus familias, sufren la ignominia del desempleo. ¿Quién ha olvidado que el trabajo es un derecho que cada ciudadano debe exigir al Gobierno de su país?

Es demoledor comprobar como la tergiversación del significado de las palabras y la manipulación del lenguaje corre en paralelo al desmontaje de los derechos de los trabajadores. Mientras políticos y empresarios introducen de nuevo el esclavismo, a los ciudadanos que denunciamos la situación porque la padecemos en primera persona nos denominan xenófobos, si no racistas. Esa fuerza de trabajo barata que para los empresarios es un coste a reducir como sea en el balance se ha convertido en un virus que ha desestabilizado la salud laboral de España, no por los inmigrantes (todos somos trabajadores) sino porque los trabajadores y empleados por cuenta ajena (excepto funcionarios) españoles de edad, con sueldos dignos, son despedidos porque el empresario quiere pagar menos a toda costa y puede hacerlo porque el despido es tan libre como la contratación. ¿Por qué tengo yo que pagar un sueldo digno si otros contratan a inmigrantes por el salario mínimo o menos?

A partir de los cincuenta años el desempleo significa precariedad e incluso miseria, ya que los Pactos de Toledo aseguraron una jubilación digna anticipada pactada sólo en las grandes empresas, en la banca, Función Pública, a gobernantes presentes, pasados y futuros, Ejército, y otros. Los demás, si no llegamos a los sesenta y cinco años trabajando (imposible en el mercado de trabajo actual) nos asignan la jubilación mínima de viudas y pobres aunque hayas cotizado cuarenta años. Es lógico que el Gobierno se preocupe por ingresar dinero en las arcas de la Seguridad Social a cualquier coste, sin importar que la fuente sea el trabajo precario y esclavo, ya que están asegurando sus sueldos de escándalo y su magníficas pensiones.

Es evidente que el crecimiento económico que procura la explotación y la especulación es efímero, fundamentalmente porque está basado en el engaño y la avaricia. Este timo de la estampita a gran escala se ha realizado en España con el Gobierno mirando de reojo hacia otra parte.

¡Qué chiste!

Así cómo se va a recuperar la confianza, ¡anda que después de ser engañado, timado y esquilmado a diestro y siniestro vas a fiarte! Que se lo digan a las personas que ven como suben los intereses de las hipotecas de los pisos que compraron sobrevalorados y que perderán en cuanto se queden sin trabajo. ¡Adíos, piso! ¡Adiós piscina comunitaria! ¡Adiós casa! ¡Adiós, jardín!, ¡Adiós, Adiós!

Reír para no llorar.

Sí, la coyuntura económica internacional, pero ¿cómo es posible que hayan entrado en España millones de emigrantes en tan pocos años, teniendo en cuenta que tienen que cruzar el Océano Atlántico? Los flujos migratorios ilegales mas intensos se producen desde países que poseen grandes reservas naturales de hidrocarburos, ¿será por casualidad?

Yo opino como muchos españoles: ¡"Primero los de casa, papá!"

Termino aquí porque estoy escribiendo mis “memorias” y algo de ficción. El desempleo me ha convertido en una escritora “garbancera” de concursos literarios veraniegos con escasas posibilidades porque mi inspiración se empeña en ser “políticamente incorrecta”. Internet es mi consuelo, ya los colgaré en la página más adelante.

Julio 2008

Concha R.Canfran, periodista. Contacto: canfran@conajo.es ó conrodricanillas@yahoo.es Tfno +034 616890855